Épocas de trabajos sanitarios en la mayoría de los rodeos de la zona. Cuando se encendieron nuestras cámaras, el personal de “Don José”, estaba abocado al tacto y la vacunación de brucelosis y tuberculina.
Santiago Nicolino es desde hace mucho tiempo, encargado del establecimiento y hombre de confianza de la familia. Con él dialogamos sobre las labores que se desarrollan desde el inicio hasta el final, hasta lograr un buen producto para que salga a la venta.
“La cabaña demanda mucho tiempo, comenzando con la inseminación, declarando los servicios y luego anotando los nacimientos. Todos los datos son enviados al profesional que maneja los registros y la entidad que nuclea braford, nos brinda la inspección del animal”, explicó.
Sumado a esto, analizó que la preparación comienza desde el nacimiento del ternero, se eligen los considerados superiores y allí inicia la alimentación individual. Además, agregó que tienen una dieta específica para cuidar las pesuñas, entre otras cuestiones.
Por otra parte, nos habló sobre situaciones que se presentan: “Las dificultades más frecuentes se dan en el parto o que luego no mamen el ternero al nacer. También sucede que en la transferencia de embriones tenemos alguna complicación a la hora de la parición, ya que los animales son más grandes de lo normal”.
Dentro del personal que trabaja en el lugar, encontramos a Daniel Brucessi, amigo de la familia que decidió adquirir estos hábitos y aprendió mucho de la actividad ganadera, llevando a la práctica las diferentes tareas que se van desarrollando.
“Estuvimos trabajando en la parte de sanidad y el caravaneo de las vacas a través del sistema electrónico, además de las marcas tatuadas, tradicionales del lugar. Estamos terminando las últimas materias de la carrera de veterinaria, asique vine junto a un compañero para que también viva la experiencia”, expuso.
Para finalizar se refirió a los conocimientos adquiridos en cuanto al manejo de cria, alimentación, reproducción y sanidad que a veces falta en la facultad porque todo eso “no se encuentra en los libros”.
Por último nos brindó la palabra el propietario de la empresa familiar Daniel Pierellla, quien mostró su satisfacción por el crecimiento del proyecto, que toma firmeza y convicción dentro del grupo. Así mismo destacó la “perseverancia” de las personas que están dentro del mismo, porque hay que vivirlo y “tener pasión por los animales”.
“Tratamos de ir evolucionando como lo hace la raza, todo este tiempo fuimos sumando buena genética con grandes madres, lo que lleva a que se expresen los reproductores de la mejor manera. El remate del año pasado fue exitoso y estamos muy contentos”, sostuvo.
Sumado a esto, expuso que apuntan a lograr toros reproductivos, que le sirvan en el campo a quien los adquiere. También destacó que no se presentan a exposiciones ya que direccionan sus objetivos en el sentido del servicio a los productores.
“Hay muchas inversiones que se realizan pensando en las comodidades para trabajar, concretamos una vivienda para el personal y refaccionamos la casa paterna para compartir tiempo. Nosotros adoptamos este estilo de vida”, finalizó.
“Don José” decidió apostar al futuro, como lo refleja el lema de su logo y detrás de ello caminan, con pasos firmes y objetivos claros, teniendo ya un nombre propio en la ganadería argentina.
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