“Es una profesión muy abarcativa..”, comienza diciendo quien se graduó como Médico Veterinario en el año 1990 y lleva 32 años ejerciendo la docencia universitaria en la UNR desde hace 32 años.
“La carrera fue cambiando mucho, cuando ingresé en el 84 eran 80% varones y 20% mujeres, hoy ese porcentaje se modificó a %60 mujeres y % 40 varones. Esto marca algunas cosas importantes, hoy las damas se integraron y han demostrado que es una profesión ilimitada”, señaló”
Así mismo, el técnico expresó a modo comparativo, que la producción en su conjunto no ha avanzado tanto en estos últimos treinta años pero se ha fragmentado. Donde “si se ha avanzado muchísimo” es en la clínica de pequeños animales.
“Cuando pienso en mi profesión tengo un compromiso con 3 palabras, contención, competencia y disponibilidad, cada cosa que hago tienen que ver con esas cosas. La competencia tiene que ver con el conocimiento y el aprendizaje, hay que seguir estudiando, la contención habla de la empatía, ya que tratamos con seres vivos y es inevitable sentirla no solo por el que padece la enfermedad sino también por el que acompaña y la disponibilidad es la motivación, el hecho de estar dispuesto”, explicó.
Con respecto a sus gustos en cuanto a las labores del rubro, el profesional dijo que prefiere la parte de la “experticia”, trabajar tanto en el campo como en el consultorio, tal como lo definió “con las manos en la masa”.
“Esta coyuntura de la pandemia a nivel mundial nos vino a dejar un aprendizaje, el mismo tiene que ver con que hay muchas herramientas a disposición, que si las conocíamos antes hubiéramos sido más eficientes en muchas cosas”, manifestó.
Finalmente, aconsejó a las generaciones futuras: “Tengo la suerte de que han pasado por mi negocio muchos chicos que realizaron sus primeras experiencias, siempre digo lo mismo, cuando aparece el interés adentro que te dice que tu orientación va por ahí, hay que seguirla. En la vida se puede perder todo pero el saber no lo quita nadie”.
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