“Nono Nicola” nación con el fin de trasladar toda una tradición familiar apasionada por el cerdo, justamente en la localidad que tiene la marca registrada de “Centro Nacional de Calidad Porcina”.
Metiendonos de lleno en la actualidad, Gabriel, el padre de la familia, no comentó que “se achicaron bastante en el criadero” y cuentan con los animales que destinan para la producción de fiambres. Precisamente entre 12 y 15 cerdos mensuales y agregó que desde la materia prima hasta la puesta en venta, es todo de elaboración propia.
“Trabajamos con mi mujer y mi hija y nos acompaña un empleado. Tenemos un criadero con espacio para albergar 150 madres, hoy por hoy poseemos 25, con equipos de moliendas, galpón de gestación y maternidad”, explicó.
Con respecto a la situación general, el productor analizó que con el cerdo siempre hay “altibajos” y se ha complicado un poco por la pandemia, pero consideró que “el que perdura con el cerdo es porque le tiene amor”.
“Hoy por hoy para hacer los fiambres nos sale más barato salir a comprar la carne que criar el animal, pero uno toda la vida estuvo detrás de eso desde mi abuelo y mi padre. Es ponerle un poco de pasión, hoy estamos bajos, se exporta cada vez mas y los precios siguen en el mismo lugar, con muchas cosas en contra seguimos luchando”, manifestó.
Con respecto al proyecto futuro, Gabriel mencionó que compraron una propiedad al lado de su casa para concretar el local de ventas y la fábrica de chacinados, que sea propia para no alquilar más.
“El negocio queremos tenerlo listo antes de fin de año y la fabrica el año que viene, porque no es fácil en esta época. Además de nuestros productos queremos agregar otros y mantener el criadero, abasteciendonos con lo nuestro mientras podamos”, finalizó.
Por otra parte, Mariana mencionó que en lo que va del mes se nota que bajó mucho el consumo de la gente. Cabe mencionar que aparte de toda la línea de los fiambres propios, tienen a la vente tablas, escabeches, dulces, y una línea que abarca dulces te en hebras y condimentos, sumado a la parte de de herrería, cuchillos y cerveza artesanal.
“Con respecto a las medidas por la pandemia, al principio teníamos un lugar pequeño, luego decidimos abrir con todos los cuidados necesarios, alcohol en gel y para quien lo necesite, tenemos barbijos a disposición”, subrayó.
Pese a los malos momentos del sector, sumado a la situación de la pandemia que complicó casi todos los rubros, la familia Kovacevich le sigue poniendo el pecho a su negocio y proyecto de vida, defendiendo con gusto el camino que les inculcaron sus antepasados.
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