Es decir, que de cada $100 de renta (valor de la producción menos costos) que genera una hectárea agrícola, $56,40 se lo llevan los distintos niveles de gobierno.
Con respecto a la medición anterior, correspondiente a junio de 2019, cuando el índice marcó una participación del Estado en la renta agrícola del 56,9%, la actual medición de 56,4% muestra una reducción de 0,5 puntos porcentuales, es decir, prácticamente se mantuvo estable.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 56,4%, la participación del Estado en soja es del 62,1%, maíz 48,9%, trigo 43,9% y girasol 61,1%.
La participación del Estado sobre la renta está compuesta por impuestos nacionales, provinciales y municipales: "Los impuestos nacionales no coparticipables explican el 55,7% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina".
En tanto, los impuestos nacionales coparticipables entre el Estado nacional y los Estados provinciales, explican el 38,6% de los impuestos medidos.
En cuanto a los impuestos nacionales, van en línea con el valor de la producción y con la rentabilidad en cada provincia, por lo que son más altos en términos absolutos en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y más bajos en San Luis y La Pampa.
Los impuestos provinciales presentan divergencias. En todas las provincias analizadas se paga impuesto inmobiliario rural. y en Buenos Aires, La Pampa y San Luis se pagan Ingresos Brutos: "La alícuota es del 1% en los casos de Buenos Aires y San Luis, y 0,5% en La Pampa". En Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta.
Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa tiene las guías cerealeras. Córdoba y San Luis no tienen imposiciones a nivel local. En tanto, San Luis y La Pampa tienen impuestos al estilo de aduanas internas.
Desde FADA estimaron la distribución del valor bruto de producción de una hectárea promedio por provincia en el mes de septiembre 2019.
COSTOS AGRÍCOLAS
Al analizar los costos resaltan dos puntos. El primero, los gastos de fobbing representan entre el 13% y el 16% de todos los costos involucrados en una hectárea de maíz. Resulta llamativo que estos gastos representen lo mismo que cuestan los fertilizantes, tanto en maíz como en soja.
El segundo punto, son los fletes, donde se puede ver claramente cómo se va incrementando la participación a medida que uno se desplaza hacia el interior mediterráneo. En el caso del maíz, el flete representa el 15% de los costos en Buenos Aires, en Córdoba el 18%, en San Luis el 19% y en La Pampa el 18%. En Santa Fe, como el grueso de la producción se encuentra relativamente cerca de los puertos, representa el 10%.
Cabe aclarar, que en la medición de junio, antes de la última devaluación, los fletes tenían una participación relativa entre 5% y 10% superior, de acuerdo a la provincia.
Así, entre fobbing y flete, suman entre el 26% y el 31% de los costos de una hectárea de maíz, sin considerar el costo de la tierra.
Fuente: Agrofy