El trabajo cubre 118 millones de hectáreas y permite conocer la distribución espacial de los cultivos. Esta herramienta servirá para optimizar la estimación anual del área sembrada, el rendimiento, la producción agrícola total del país y la contribución de cada región. Un logro del INTA que genera gran interés para el sector agropecuario y económico de la Argentina.
La producción agrícola nacional de granos se incrementó durante los últimos años y pasó de 34 a 143 millones de toneladas entre 1990 y 2019. En 2013, la Argentina fue el 3.° exportador mundial de soja y maíz y el 13.° de trigo. A pesar de que la agricultura sea una fuente clave de divisas y de ingresos fiscales para el país, existen pocos ejemplos de mapas de cultivos a escala nacional.
En este contexto, desde el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, trabajaron para generar un mapa de tipos de cultivo para el área agrícola extensiva de la Argentina. Para esto, se capitalizó la disponibilidad de plataformas de almacenamiento y procesamiento de imágenes satelitales en la nube y de nuevos algoritmos de clasificación supervisada, que se sumó a la experiencia en generación de mapas de los técnicos involucrados.
A tal fin, se recorrieron más de 15 mil kilómetros y se registraron más de 13 mil puntos georeferenciados distribuidas en 14 zonas. Para cada una, se definieron clases de cultivos que en conjunto representaron hasta el 90 % del área sembrada. También se registraron otras clases no agrícolas con la finalidad de discriminar el área agrícola y no agrícola.
Para su creación, implementaron información provista por satélites de observación de la Tierra por considerarla particularmente adecuada para la generación de mapas de cultivos, debido a su capacidad para registrar la radiación reflejada por la superficie del Planeta de manera periódica, sistemática y objetiva a lo largo de extensas superficies.
En particular, los radiómetros ópticos proveen imágenes de la superficie en diferentes porciones del espectro electromagnético, usualmente en el visible, infrarrojo cercano, infrarrojo de onda corta e infrarrojo térmico.
Si bien teóricamente la información espectrotemporal –es decir, el conjunto de las adquisiciones satelitales a lo largo del tiempo de información del espectro electromagnético– debería permitir la discriminación de cultivos, esto frecuentemente está limitado por la nubosidad y la diversidad espaciotemporal de fechas de siembra para un mismo cultivo.
Fuente: Argentina.gob.ar