El sábado pasado conversamos en nuestro programa con el Ingeniero Leandro Pierella. El profesional nos habló sobre la situación del trigo y las dificultades en el inicio de la siembra de gruesa por lo cambiante que está el clima en los últimos años.
En primer lugar, Leandro describió la situación inicial del trigo: “Venía siendo un año ideal para el trigo y se complicó estas últimas semanas. Habíamos podido implantar en fecha, teníamos buena humedad en perfiles por el temporal del otoño, necesitábamos frio en el invierno y lo logramos en pleno macollaje”.
Acto seguido, explicó que en el inicio de la primavera surgieron dos complicaciones severas; la “falta de lluvia”, que cae normalmente en esta época y no fue el caso y también se produjo una “Fuerte helada tardía”, el pasado 2 de octubre, que perjudicó mucho al cultivo.
“Por supuesto que el daño es distinto en los lotes, en los que abajo tenían cobertura de rastrojo de maíz, hizo que el efecto del frio sea mayor, debido a que la temperatura en suelos más cubiertos son mayores y fueron los más perjudicados”, señaló.
Hablando de la siembra de Maíz y Soja, el Ingeniero explicó que en los lugares donde la lluvia fue de 10 o 15mm hace unos días, cambió la situación y se pudo sembrar maíz. Asimismo, expresó que la situación “no es para desesperarse por completo”, porque si se alcanza a sembrar maíz en octubre estamos en fecha y mantendríamos el potencial de rendimiento.
“Lo que ocurre que para la soja de primera la fecha ideal es la segunda semana de octubre y se van a amontonar los trabajos por la falta de lluvia, por lo que se tendrán que hacer simultáneamente. Si cuando arranque a llover lo continua haciendo, tendremos una campaña buena”, expuso el especialista.
Finalmente y a modo de reflexión, remarcó que hace un año atrás “pedíamos que deje de llover” por el exceso y ahora la complicación es con el “déficit de agua”.
“En 2017 el trigo a esta altura tenía dos aplicaciones de insecticidas por los hongos, este año son pocos los lotes que tuvieron que aplicarse, esto hace dar cuenta lo variable que es la actividad agrícola. Hay que acostumbrarse a convivir con los cambios de clima”, concluyó.
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