Así lo indica un reporte del Global Rust Reference Center (Dinamarca) y FAUBA (Argentina), quienes comprobaron la capacidad de migración de nuevas razas de roya por miles de kilómetros. Durante la última campaña de trigo, el país enfrentó la peor epidemia de roya amarilla desde la década de 1930: más de tres millones de hectáreas fueron afectadas.
Como consecuencia de este suceso, se encuentra una alta carga de inóculoque podría representar una amenaza para las áreas de trigo circundantes en la próxima campaña agrícola 2018, siempre y cuando se den las condiciones ambientales favorables para el desarrollo epidémico de la roya.
El Centro de Referencia Global de la Roya (del inglés, Global Rust Reference Center, GRRC), ha identificado tres genotipos distintos de Puccinia striiformis f. sp. tritici (Pst), entre más de 40 muestras recolectadas en sitios epidémicos durante septiembre del año pasado.
Se encontraron dos genotipos altamente agresivos, que fueron idénticos a los detectados por primera vez en Europa y el Norte de África en 2015/16.
La epidemia de Argentina en 2017
En los últimos años, la ocurrencia de la roya amarilla en Argentina solo ha sido esporádica y se ha limitado a regiones con temperaturas medias más frías, como el Sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, durante las dos últimas campañas, la roya amarilla se ha extendido a regiones con temperaturas medias más altas, donde nunca antes había sido reportada como un problema.
Por primera vez, las epidemias de roya amarilla se extendieron hacia áreas más cálidas como las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires.
En este marco, dado que la mayoría de los cultivares de trigo son susceptibles a esta enfermedad, se ha requerido intervención química.
Históricamente en Argentina se realiza una sola aplicación de fungicida para el manejo de enfermedades del trigo pero en esta campaña, debido a que la roya amarilla apareció en forma temprana y agresiva, los productores se vieron obligados a realizar dos aplicaciones de fungicidas en variedades susceptibles.
Siete de las variedades de trigo más susceptibles tuvieron una severidad foliar promedio de casi el 50%en las primeras etapas de crecimiento (macollaje). Ensayos de fungicida a campo en áreas epidémicas mostraron pérdidas promedio de rendimiento de 3.7 t/ha (53%) y con máximos de hasta 4.7 t/ha (71%)en casos severos.
Análisis de raza y genotipo
Se recolectaron muestras de hojas infectadas con roya amarilla, proveniente de campos infectados en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Entre los colaboradores del muestreo se encuentran Carlos Grosso, Alejandro Porfiri, Diego Alvarez, Gustavo Duarte, Andrea Rosso, Lucrecia Couretot, Norma Formento, Roxana Maumary, Jonathan Damiani, Julián García, Fabricio Mock, Marcos Mitelsky y Mariano Vence entre otros.
Las mismas fueron enviadas al GRRC, con base en la Universidad de Aarhus, Dinamarca, para el diagnóstico molecular y el análisis paralelo de razas. Los resultados genotípicos basados en el genotipado SSR están actualmente disponibles para 38 muestras. Se está llevando a cabo un análisis de raza adicional, a partir de los aislados recuperados.
Los resultados mostraron que un único genotipo, del linaje genético PstS13, fue dominante en la mayoría de las áreas muestreadas.
En Europa, este genotipo se detectó por primera vez en triticale en el norte de Europa en 2015, y una sola raza del mismo genotipo causó graves epidemias en trigo duro en Italia en 2017.
Estos resultados demuestran la elevada capacidad de dispersión a nivel global que poseen las royas. En el mismo año se comprobaron epidemias severas del mismo genotipo de roya amarilla en Europa y en Argentina.
Esta investigación en curso comprueba la capacidad de migración de las royas por miles de kilómetros, permitiendo a las distintas razas de roya pasar de un continente a otro volando por el viento, incluso en un mismo año.
Ensayos de campo en sitios epidémicos en Argentina en 2017, donde prevaleció el linaje PstS13, demostraron pérdidas de rendimiento de hasta 4 t/ha en caso de control de la enfermedad nulo o insuficiente. Por lo tanto, los fitopatólogos de la Facultad de Agronomía de la UBA, Marcelo Carmona y Francisco Sautua, recomiendan estar preparados para el monitoreo de la enfermedad en la próxima campaña 2018, desde los estados vegetativos iniciales del cultivo.
Asimismo, los investigadores indicaron que desde la Facultad actualizan la información disponible en Argentina y en el mundo, en forma permanente, desde el Herbario Virtual de Fitopatología de la FAUBA.
Fuente: Infocampo