Somos Campo tuvo el gusto de dialogar con un gran profesional reconocido por toda la zona, por la calidad de su trabajo pero por sobre todas las cosas, por una personalidad entradora y “campechana” de llevar adelante su labor, tal como lo es el Martillero Juan José Enrico.
Dialogando con la gente de la región que lleva muchos años aportando su sacrificio a nuestra tierra y a nuestros animales, vamos encontrando diferentes historias que emocionan transmitir. Juan José Enrico es uno de ellos, que desde arriba de un palco y con un martillo en la mano, ha consolidado con los años continuar su legado familiar y prologarlo por generaciones venideras.
“Esta zona para los Enrico siempre ha sido una muy buena porque mi padre, allá por los años 40´ y 50´, martillaba en Chañar Ladeado en la Feria de Caramelino. Siempre nos dedicamos a atender como martilleros libres a ferias y remates de cabaña especialmente”, relató con nostalgia Juan José.
En el 1976 con tan sólo 22 años comenzó a rematar en Chañar Ladeado, siendo “muy pibe”, tal como lo describió, Roque Boyle le abrió el camino y le dijo que vaya y se haga cargo del remate en la Fiesta Nacional y Provincial del porcino en la localidad.
“Roque, muy conocido en toda la zona, me dijo andá y hacela vos, ahí arranqué con el apoyo de Eduardo Larroux, Juan María Bertero y varias personas más que de ahí en más siempre me dieron una mano”, expuso el Rematador.
Por estos tiempos se encuentra realizando remates en Cafferata en lo que respecta a nuestro punto más cercano, pero mayoritariamente continúa en especial por Venado Tuerto, lugar de asentamiento familiar y sitios aledaños.
“Siempre estuvimos dedicándonos al servicio de martillo adonde nos necesite. Hace muchos años que nos dedicamos mucho a los remates de cabaña, tenemos alrededor de 25 anuales de distintos establecimientos, acompañando al dueño y también a veces al consignatario que es el encargado de la venta de esa cabaña”, expresó.
Enrico dijo que este año que acaba de concluir lograron superar los 2000 toros y casi 5000 vaquillonas, abarcando las razas de Angus, Hereford Vip o un preparatorio en Braford o Preparatorio en Brangus, de ahí en adelante hasta llegar al pedigree.
Junto a Juan José, está dando sus primeros pasos su hijo Ignacio, que con 24 años y amando la profesión que vislumbró su abuelo hace mucho tiempo, decidió formarse para continuar con este ya consagrado legado familiar.
Sobre esta linda particularidad, expuso: “Se da la casualidad de que trabajamos en el martillo con mi hijo, es muy lindo lograr cohesión, conexión, estar atentos, eso me da respiro a mi y a nacho le da sapiencia y experiencia. Creo que nos vamos complementando, de acuerdo al día trabaja uno más que otro, pero siempre unidos y como suele decirse, cuatro ojos siempre ven más que dos”.
Finalmente, el profesional opinó acerca de la actualidad del sector y deslizó que el año pasado fue de expectativa, donde la gente apostó a la ganadería. A su vez, remarcó que lo invertido recién se podrá ver como buenos resultados en 2018 y 2019.
“Todos sabemos que esto que es biológico tiene sus tiempos, las vaquillonas compradas para preñar terneros van a estar ahora o en el 2018, pero la expectativa es buena. Estamos pasando un momento bravo a nivel país con sequías, inundaciones, quemazones, etc, lo normal que nos viene pasando desde que uno tiene conciencia”, señaló.
Por último y con mucho optimismo expresó que en la medida que se abran los mercados exteriores el país podrá estar en un balance de un 80% de consumo interno y un 20% en exportación y que la vaca va a tener unos años de mucha estabilidad y de buenos precios.
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