Desde la localidad de Godeken y como tantas familias agropecuarias, los Gentiletti trabajan los campos desde hace décadas, una forma de vida que se convirtió en tradición, por el legado que fueron dejando los antepasados.
Claudio y Gustavo son los hermanos que tomaron las riendas del negocio familiar desde su adolescencia, iniciado por sus abuelos y fue tanto el crecimiento, que abarcan su servicio por diferentes puntos de nuestro país.
“Venimos de familia, ya los abuelos nuestros tenían cosechadoras. Nosotros empezamos en el año 88´con una Bernardín M19, después en 1994 compramos una John Deere 1175,mi hermano anduvo más porque yo me dedicaba a la hacienda, hasta el año 99´que decidimos trabajar de lleno en esto juntos”, comentó Claudio iniciando su relato.
En ese mismo 99´, compraron una segunda máquina y como hombre de experiencia, según cuenta Gustavo, le explicó las características a su hermano y desde ahí se dió inicio a la labor en conjunto, transformándose oficialmente en una sociedad.
“Me fue gustando cada vez más y fuimos incorporando otras máquinas. Para ese entonces teníamos dos grandes y una John Deere 9610. Empezamos a trabajar más en campos de afuera, dejamos de arrendar y nos dedicamos al servicio”, subrayó Claudio quien está radicado en Chañar Ladeado hace bastante tiempo.
La primera zona donde iniciaron las labores fue en Sierra de la Ventana, Buenos Aires. Allí estuvieron 5 cinco años, donde fueron conociendo gente y pasando por varias estancias con tres máquinas, las cuales comenzaron a renovar de a una por vez.
“Ahí empezamos a comprar máquinas más grande, porque si nos íbamos a dedicar de lleno a ser contratistas, teníamos que competir en el mercado.Después nos volcamos al centro, zona de Bragado, 25 de mayo, llegando a incorporar la 4ta máquina”, narró Gustavo, quien está domiciliado en Godeken.
Ambos expusieron que siempre les gustó Tandil, ya que es una zona muy buena en la que llegaron en 2005 y hasta el día de hoy trabajan hectáreas de mucha gente. En 2008 sumaron la primera Axial, comprándola en sociedad con gente de chañar y luego otra de inversión propia.
Con el paso del tiempo, Claudio contó que decidieron probar en otra región: “Desde el centro nos fuimos al norte; de Buenos Aires a Salta, allí estuvimos dos años pero era muy lejos, campos nuevos donde se producía mucha rotura de monte, teníamos muchos costos, entonces decidimos retornar a buenos aires”.
En la actualidad, cuando no están por otros pagos, trabajan campos en chañar, donde tienen a cargo unas 2500 hectáreas con un par de clientes hasta que llegó la época de retornar a la provincia bonaerense.
Por otra parte hablaron sobre la actualidad del sector y expusieron que la ven complicada, marcando como ejemplo los altos costos de combustible, el cual antes no era tan abultado, y en estos momentos es muy considerable.
“Nosotros ya tenemos el traslado de maquinaria con un carretón, si no lo tuviéramos para viajar tan lejos, nos saldría mucho más. Absorbimos ese gasto pero hay mucha gente que trabaja allá y hay que esperarlos con los pagos, siempre cumplen, pero es difícil el momento”, remarcaron.
En referencia a la nueva máquina S 680 recientemente incorporada, expusieron que es un equipo que “rinde más” y que hoy por hoy concretan hasta 90 hectáreas de soja por día. Son máquinas que tienen muy buena aceptación y es líder en el mercado.
Finalmente y a modo de reflexión Claudio se refirió al futuro que lo ve en su sobrino Facundo y a la pasión por su trabajo: “Estamos haciéndolo (Risas), lo va a lograr para que es capaz de mantener lo que uno llegó a hacer y esperamos se siga el legado. A mí me gusta mucho la tecnología, incorporo y sumo lo que más puedo porque me apasiona”.
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