En el avance del campo, muchos factores tuvieron influencia y muchos actores fueron los encargados de encarrilar la cuestión. En el camino hubo dificultades, pero también muchas mentes trabajadoras y con ideas claras que apuntaron al futuro.
La amenazadora presencia del ”Indio” y la ausencia de valor económico determinaron que las tierras pobladas por descendientes europeos, entrado el siglo XIX se extendieran hasta el Río Salado, en la Provincia de Buenos Aires. La “Frontera” se prolongaba hacia el Oeste a la altura del sector sur de Santa Fe y Córdoba.
Para que tal esparcimiento no se alterara, no sólo la geografía política, sino también la geografía económica tienen una causa independiente; La necesidad de una ganadería de expansión.
Las dos décadas posteriores a 1856 vieron aumentar el número de cabezas de ganado ovino en un 128%. Esto originó la caída de la demanda de carnes y cueros, lo que redujo el número de animales faenados. Así comenzó a notarse en las tierras “Antiguas” un sobrepastoreo, lo que indujo a extender la explotación ganadera a zonas “Nuevas”, hacia el Sur y el Oeste.
El hecho de que las tierras más alejadas eran menos aptas para una explotación intensiva, determinó en parte la distribución de las actividades rurales; La Ganadería predominando el Oeste y Sur de Buenos Aires y La Pampa y La Agricultura ocupando la parte del Litoral, al Norte de Buenos Aires y Santa Fe.
En el siglo XIX fueron muy frecuentes los episodios de cesión de tierras públicas a manos privadas. Cuando no se regalaban, muchas veces las tierras eran vendidas a precios ínfimos con el simple propósito de financiar desequilibrios presupuestarios.
Luego de la Campaña del Desierto hubo una masiva enajenación de propiedad estatal, cuyos beneficiarios fueron principalmente los militares que participaron en la lucha contra “Indios”; Una total violación a los más elementales principios de justicia distributiva.
La distribución de la tierra en pocas manos impidió el funcionamiento de un mercado competitivo, imponiéndose en cambio prácticas oligopólicas que mantuvieron altos los precios. Es innegable que el régimen de tenencia de la tierra redundó en una distribución del ingreso muy desigual en las zonas rurales.
El Agro en su desarrollo
Hasta 1870 la ganadería extensiva ovina, era la actividad más importante de la zona pampeana. El descubrimiento del potencial agrícola fue bastante tardío, ya que se creía que la pampa no tenía potencial.
La Agricultura asumió desde sus comienzos, un carácter netamente comercial, distinto del que tomó en algunos otros países de colonización reciente. Hacia 1814, el país exportaba más de la mitad de su producción de trigo, un 65% de maíz y un 85% de lino.
El trigo encontró la llanura pampeana un suelo particularmente fértil y un clima muy favorable. La tierra blanda y los pastos bajos que había, permitían un arado fácil, completando unas condiciones inmejorables. Sumado ello a una moneda muchas veces depreciada, que favorecía la exportación.
El costo del transporte desde el productor local hasta el consumidor europeo era más bajo que el que enfrentaba un productor norteamericano. Esta ventaja se reflejaba rara vez en una mejor situación para el agricultor, ya que en el proceso de venta al intermediario llevaba las de perder; La ausencia de calidad uniforme del producto, le daba mayor poder al mediador.
La concentración de la comercialización de trigo en unas pocas empresas llevó a prácticas poco competitivas que acababan por disminuir la rentabilidad para el productor.
Un rasgo singular de la producción rural en Argentina fue la interacción entre la ganadería y la agricultura. Una competencia especial se fue sembrando a partir de la expansión cerealera en las zonas cercanas a Buenos Aires, con lo que la agricultura fue desplazada hacia el Sur y Oeste.
Aprovechamiento de Parcelas y avance de la exportación
La posibilidad de exportar carne congelada aumentó la rentabilidad de la ganadería y dio paso a un tipo de explotación singular: La rotación en una misma parcela entre producción de cereales y engorde de ganado con alfalfa, que crecía después de tres años de cultivo.
Hasta la aparición de la cámara frigorífica las posibilidades de exportación de carne se reducían al “Tasajo” y al ganado en pie. Era en ese momento más importante, la exportación de lanas y en menor medida de cueros.
El panorama cambió radicalmente después de la década de 1870. En pocos años, se instalaron siete frigoríficos en las cercanías a los puertos de Buenos Aires, sobre todo en las zonas de Avellaneda, Zárate y Campana. En un principio la exportación de carne ovina fue más importante que la vacuna.
Al comenzar el siglo, Estados Unidos abandonó el mercado inglés de carne bovina. La Argentina tomó su lugar, sobre todo con carne “enfriada”, de más calidad. Esto se daba porque este tipo de sistema no mantenía en buenas condiciones al alimento a lugares tan lejanos como Inglaterra, Australia o Nueva Zelanda.
La Agricultura y la Ganadería eran el sustento de un modelo de crecimiento económico basado en la explotación de recursos naturales, que sólo algunas voces aisladas cuestionaban y que parecía capas de prolongarse en el tiempo.