La vida de Fernando Pinasco junto a al campo fue como muchos de nosotros, desde pequeño acompañando a su familia. Pero los inicios en las labores se remontan a los 20 años, cuando dejó de estudiar en Rosario y se metió en el mundo de la ganadería y agricultura.
En sus ratos libres comenzó a destinarle tiempo a los caballos y con ello a descubrir por dentro suyo, una pasión que se fue acrecentando con el correr de sus días. De allí en adelante será un lazo inconmensurable.
Tan fuerte se hizo ese vínculo con el animal, que decidió frecuentar la Sociedad Rural de Rosario, donde se realizaban los Campeonatos de Paleteadas, deporte que estaba en sus albores. Esto comenzó a repetirse año tras año.
“Un domingo Pedro Torres me invitó a presenciar una práctica en su estancia San Miguel, en la localidad de Miguel Torres, como me vieron muy interesado me propusieron participar, y lo que tanto me gustaba se convirtió en una pasión”, narró Fernando acerca de sus primeros pasos.
Una vez consumado el comienzo en la actividad, le compró sus primeros caballos a José María Uranga de Isla Verde; “Estoy muy agradecido a estas dos familias, porque me iniciaron en esta actividad, brindándome su apoyo y experiencia”, remarcó el Jinete.
Después de entrenarse un buen tiempo, llegó la primera corrida en el año 1995 junto a Carlos Garavelli, también oriundo de su pueblo, con quien llegaron por primera vez a Palermo, Buenos Aires, como Yunta ganadora del campeonato de la categoría B. Desde ese año a la actualidad, clasificó ininterrumpidamente a todas las finales Nacionales de Rodeo.
El paso del tiempo, la experiencia en competición y la camaradería entre colegas, lo llevó a conocer a muchos buenos amigos, uno de ellos es Sebastián España, con quien ganó Tres Campeonatos Nacionales: 2001, 2003 y 2004.
“Sin dudas, con Sebastián viví los momentos más emocionantes y trascendentes de mi trayectoria”, afirmó Pinasco, que para esta altura ya se ganaba un lugar muy respetado en la disciplina.
Otro de los amigos que le dio este deporte, es Francisco Bastos, de Brasil. Esa amistad y profesionalismo, lo llevaron a competir nada más y nada menos que el Campeonato Brasilero y como no podía ser de otra manera, se consagró en los años 2010 y 2011.
Además, tuvo otras participaciones en el exterior: “Representé a mi país durante 6 campeonatos FICC (campeonato Sudamericano en el cual participan Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile) y dos veces a Brasil”.
Una de las cuestiones primordiales a destacar para el hombre de Berabevú es la confianza que depositaron en él prestigiosas cabañas como “La Escondida”, de la Familia Esevich y “San Baldomero”, sucesores de Eduardo Ballester.
“También formé una junta importante con quien fuera varias veces campeón de rodeos Martín Crespo. En Palermo salimos subcampeones en 2011 y nos quedamos con el 3er puesto en 2012”, afirmó.
En la actualidad, Fernando tiene en competencia Yuntas con varios Jinetes amigos, como los mencionados Sebastián España y Francisco Bastos, además de Facundo Leal y Matías Pierella.
Por otra parte, días pasados, se disputó la “Copa Bicentenario” en la Exposición Rural de Palermo, donde compitió junto a su amigo y gran jinete Matias Pierella, quien representa tan bien a Chañar Ladeado y a su Cabaña “Don José”.
“Creo que con un poco más de suerte podríamos haber estado más arriba, tanto en esta copa como en la final del campeonato de este año”, expuso acerca de su participación.
El Jinete de Berabevú sostiene que para lograr buenos resultados en la competencia, se requiere de mucha constancia en el entrenamiento, ya que en la actualidad se ha profesionalizado bastante.
Con respecto a esto, destacó: “Es una actividad que se transformó en un estilo de vida, que posibilita conocer mucha gente buena, en un ambiente familiar y de sana competencia”,
Al consultarle sobre los cuidados y la práctica que tiene con los Caballos de Paletadas, Fernando explicó que éstos requieren un entrenamiento diario, porque hoy el nivel es tan competitivo, que es necesario el trabajo conjunto y constante entre jinete, veterinario, herrador y como en cualquier deporte, llegan muy pocos caballos al más alto nivel.
Finalmente, dejó un mensaje para la posteridad: “Este deporte vinculado con el caballo criollo ha crecido mucho en el país y principalmente en nuestra zona, por eso les aconsejo a los jóvenes que se acerquen a la raza criolla”.
Fernando Pinasco se ubica entre los hombres más admirados en el ambiente del rodeo, lugar que no le regaló nadie, sino que lo obtuvo por méritos propios a base de sacrificio, entrenamiento, pero también por poseer constancia y profesionalismo; cuestiones primordiales para ser exitoso.