Las Obras Públicas fueron otra fuente de empleo para el inmigrante. Durante el expansivo Gobierno de Sarmiento, por ejemplo, grandes obras del estado demandaron de un importante volumen de trabajo. La Construcción de Ferrocarriles fue uno de los rubros que requirieron una importante “mano de obra”.
La Inmigración española creció fuertemente en los primero quince años del siglo XX, la originada en Italia tuvo un crecimiento más parejo, aunque significativo. Esta se debió en alguna medida a la crisis agrícola de fines del siglo XIX; La caída del costo del transporte marítimo obligó a la agricultura italiana a competir con la americana, determinando una gran reducción en la producción del cereal, especialmente del trigo.
Después de varias décadas de inmigración masiva, la cual era considerada como uno de los mayores éxitos para los gobiernos, luego de la Primer Guerra Mundial, crecieron los perjuicios de la apertura irrestricta de extranjeros, dada en parte, porque la base económica del país ya no era capaz de generar tantos nuevos empleos, asociada fundamentalmente al estancamiento de la expansión geográfica de la agricultura.
Los Ferrocarriles, disminuyeron drásticamente el costo del transporte del producto exportable entre el campo y los puertos. Los trenes empezaron a ser vistos como uno de los avances que acortaron distancias entre el Productor Argentino y el Consumidor Europeo.
El otro avance fue el perfeccionamiento de las condiciones de transporte a través del Atlántico, sobre todo a partir de la aparición de las técnicas de enfriamiento y congelamiento de las carnes.
La Gran extensión ferroviaria fue solventada y administrada por ingleses. El primer proyecto de envergadura fue el Ferrocarril Central Argentino (gestado desde 1855), que desde 1870 unió las ciudades de Córdoba y Rosario. El gobierno nacional otorgaba amplias ventajas las compañías inversoras.
La expansión de ferrocarriles permitió no sólo incorporar zonas de la llanura pampeana relativamente alejadas (Como el sur de Córdoba) a la producción para la exportación, sino también integrar a los importantes cultivos de Tucumán y Cuyo al circuito económico nacional.
Aunque los trenes constituyeron el componente crucial de la inversión de capitales extranjeros en la Argentina, no fueron el único; La construcción del país requería la instalación de “Capital Social Básico”, ya que se necesitaba mejorar puertos, trazar rutas, establecer sistemas de comunicación y montar redes de agua y electricidad.
Los recursos nacionales eran insuficientes para financiar todo ese equipamiento y se debió recurrir a una fuerte inversión extranjera. También fue muy importante la participación de los capitales foráneos ligados a la industria, el comercio y los bancos.
La Presencia del capital externo se reflejó en el pago de los servicios de la deuda y de dividendos al exterior. Con el tiempo estos representaron un 40% del valor de las exportaciones. El fuerte crecimiento de las ventas, sumado a renovados ingresos de capital, era la clave para mantener fuera de peligro la balanza de pagos.