La entidad que agrupa a la Industria de los Agroquímicos, CASAFE, elaboró un informe con consejos estratégicos para cuidar el agua y los nutrientes. Este es un momento clave para el cuidado de la tierra.
Siempre es bueno recordar que el período de barbecho es el transcurre entre la cosecha de un cultivo y la siembra del siguiente. Existen dos tipos: el corto es el que se realiza antes de la implantación de un cultivo y el largo, el que comienza después de la cosecha del cultivo antecesor.
En ambos momentos es importante realizar un correcto control de malezas presentes en el lote, porque no solo generarían pérdidas y dificultades en el establecimiento del nuevo cultivo, sino que también consumen agua y nutrientes que son necesarios almacenar en el suelo para el cultivo a sembrar.
La conservación de la humedad en el suelo es fundamental, sobre todo en los primeros centímetros, donde luego se ubicará la semilla. Según diferentes estudios, realizando un adecuado control pueden llegar a retenerse entre 50 y 60 milímetros de agua.
El comienzo de los tratamientos de control, así como la elección de los herbicidas que se utilizarán, deberá ser considerado de acurdo a la distribución, abundancia y composición de la comunidad de malezas que se encuentran en el lote, teniendo en cuenta su ciclo de crecimiento y su agresividad; Como así también deberán considerarse las condiciones climáticas. Para esto es importante realizar monitoreos frecuentes.
En muchos casos, el monitoreo insuficiente o la falta de éste genera que los controles no sean efectivos. Los mejores controles se obtienen cuando las plantas son pequeñas y se encuentran en activo crecimiento; cuando las malezas ya son grandes o han sobrevivido a condiciones de estrés, tienden a volverse menos sensibles al efecto de los herbicidas.
Otro error frecuente ocurre cuando no se realizan monitoreos con posterioridad a la cosecha, momento en el cual se deberían comenzar a identificar las malezas que se encuentran emergiendo, ya que al cosechar el cultivo eliminamos la competencia por los nutrientes y el agua y las malezas comenzarán a desarrollarse consumiendo los recursos que son precisos almacenar.
Las condiciones climáticas influyen en la decisión de realizar un control, En el caso de períodos invernales, las bajas temperaturas y la menor radiación generan un menor crecimiento de las malezas, por lo cual el uso de herbicidas sistémicos no tendrá tanta efectividad como en periodos en que el crecimiento de los rastrojales es más activo.
Otro factor importante es conocer la historia del lote y las malezas que generalmente suelen encontrarse, porque estas permanecerán en el banco de semillas. Y además permitirá conocer acerca de la biología de la plaga, su periodo de crecimiento, factores que lo afectan y su modo de emergencia.
Por ejemplo, malezas como el Sorgo de Alepo o el Gramón poseen estructuras de reservas subterráneas que se mantienen durante el otoño para brotar durante la primavera. Es en este momento, cuando las reservas se han agotado y la mayoría de los individuos se encuentran emergidos, cuando el control será más efectivo, ya que no existirán reservas para la primavera siguiente.
Otra característica de este tipo de malezas, que presentan estructuras subterráneas es que su distribución será localizada en algunas zonas del lote.
En relación a la aplicación de herbicidas, se deberá tener en cuenta la calidad de la aplicación, a fin de que no ocurran escapes debido a la mala distribución de las gotas.
Generalmente se recomienda que la aplicación alcance el target o blanco de aplicación: 20-30 impactos por cm2 para herbicidas sistemáticos y 30-50 impactos por cm2 para los de contacto.
Fuente: Clarín Rural